La Predicación
El matrimonio lleno del Espíritu Santo
22 Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo. 24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
25 Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio Él mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, 27 a fin de presentársela a Sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.
28 Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; 30 porque somos miembros de Su cuerpo. 31 Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. 33 En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
Efesios 5:22-33
Idea principal: Cuando Cristo es Señor del matrimonio, el amor se convierte en el lenguaje del hogar
1. Esposas llenas del Espíritu siguen a Jesús
- La sumisión comienza como entrega a Cristo — es un acto de adoración y confianza, no de debilidad.
- La sumisión es voluntaria y basada en la autoridad de Cristo — la lealtad suprema de la esposa es a Jesús, no a la perfección de su esposo.
- La sumisión refleja el orden de Cristo para el amor y la comunión — modela la respuesta fiel de la iglesia a su Salvador.
- Para mis hermanas: la sumisión comienza con la entrega a Cristo.
- Significa confiar en Cristo como Señor, no debilidad.
- Obedecerle a Él, no ser oprimida.
- Para quienes están casadas con hombres imperfectos (todas las mujeres del mundo), recuerden: su sumisión no depende del desempeño de su esposo, sino de la fidelidad de su Salvador hacia ustedes.
2. Esposos llenos del Espíritu aman como Jesús
- El liderazgo es una cruz que cargar, no una corona que usar — liderar significa servir y negarse a uno mismo.
- El amor es diario y encarnado — los esposos aman como aman su propio cuerpo, muriendo cada día al orgullo y la indiferencia.
- Presencia sobre pasividad — el Espíritu hace hombres presentes, no perfectos; el liderazgo es estar, no controlar.
3. Matrimonios llenos del Espíritu viven como uno y reflejan a Cristo
- Partir — Una nueva prioridad: el matrimonio establece una nueva lealtad e identidad principal.
- Unirse — Una nueva promesa: el amor del pacto se mantiene firme aun cuando se pone a prueba.
- Convertirse en uno — Un nuevo poder: la unidad se cultiva a través de la dependencia diaria del Espíritu.
4. Aplicación: Dependencia y renovación llenas del Espíritu
- Dependencia diaria:
- Depende de la Palabra
- Depende en la adoración
- Confía en la oración
- Depende en el gozo
- Depende de la humildad
- Cuando Cristo es Señor del hogar, el amor no viene de visita, sino que se instala permanentemente.