La Predicación
¿Por qué Dios permite el sufrimiento?
7 Pero el ángel del Señor la encontró junto a un manantial en el desierto, el cual está en el camino a la región de Sur, 8 y le preguntó:
—Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
—Estoy huyendo de mi dueña Saray —respondió ella.
9 —Vuelve junto a ella y sométete a su autoridad —le dijo el ángel del Señor—. 10 De tal manera multiplicaré tu descendencia que no se podrá contar.
11 »Estás embarazada, darás a luz un hijo
y le pondrás por nombre Ismael
porque el Señor ha escuchado tu aflicción.
12 Será un hombre indómito como asno salvaje.
Luchará contra todos y todos lucharán contra él;
y habitará frente a todos sus hermanos».
13 Como el Señor le había hablado, Agar le puso por nombre «El Dios que me ve», pues se decía: «Ahora he visto al que me ve».
Génesis 16:7-13
Ideas Principales y Aplicaciones
Dios no siempre nos da las respuestas directas que buscamos en medio del sufrimiento, pero la Escritura revela que Él nos ve, entra en nuestro dolor y nos ayuda a verlo con mayor claridad, llevándonos no solo a soportar, sino a adorar.
1. Hemos sido diseñados para preguntar
2. La Respuesta Inesperada
- Dios nos ve – Él no es indiferente a nuestro dolor.
- Dios entra en nuestro sufrimiento – En Jesús, Él ha cargado nuestro dolor y nos acompaña en él.
- Dios nos ayuda a ver – En medio del sufrimiento, nos da una nueva visión de Su carácter y presencia.
3. Sorprendidos por la Adoración
- El resultado de encontrarnos con Dios en el sufrimiento es una alabanza inesperada.
- El crecimiento espiritual puede verse como una mayor dependencia, un anhelo más profundo por la eternidad, y una adoración que brota incluso en la debilidad.
- A veces, la adoración se expresa con lágrimas y lamento.
Aplicación: Alaba y Adora al Señor
- Somos invitados a alabar a Dios no solo en tiempos de abundancia, sino también en medio de la pérdida y la debilidad.
- La fuerza en el sufrimiento no proviene de cambiar nuestras circunstancias, sino de depender de Dios.
- El verdadero crecimiento espiritual se mide por una confianza más profunda en el carácter y las promesas de Dios—aun cuando no tengamos todas las respuestas.